93-91. Partidazo y título para Panathinaikos, que celebró su cuarta Euroliga frente a su entregado público tras derrotar a un excelso CSKA de Moscú. Un choque colosal, entre dos equipos que practicaron baloncesto de muchos kilates y que merecieron por igual llevarse el entorchado europeo.
Gran duelo entre Diamantidis y Papaloukas. El primero, MVP de la Final Four, es un todoterreno que sabe hacer de todo y que sumó 15 puntos sin fallo en los tiros de campo (solo un tiro libre errado) , dirigiendo con sabiduría a los verdes. El segundo (23 puntos+ 8 asistencias) es simplemente uno de los tres o cuatro mejores bases del mundo, que se echó el equipo a sus espaldas en un ambiente hostil (es un jugador que no goza de muchas simpatías en la afición de Panathinaikos por proceder de Olympiacos) y que demostró dotes de liderazgo en un conjunto plagado de estrellas. Y siempre saliendo como sexto hombre
Pequeños detalles (una falta antideportiva absurda de Smodis o alguna mala decisión táctica a la hora de cometer las personales ) decidieron un choque equilibrado que dominaron los atenienses con rentas de pocos puntos.
A menos de dos minutos el choque ya parecía encarrilado (87-79), aunque dos triples consecutivos del glacial y efectivo Trajan Langdon ( ese carácter frío parece estar vinculado a ser oriundo de Alaska) dejaron un 87-85 en el último minuto, en un choque casi salido de un guión de Alfred Hitchcock. Una meritoria canasta del ex Grizzlie Mike Batiste (mal le seguirá yendo a la franquicia de Memphis si no saben aprovechar jugadores como éste) y el acierto final en la línea de 4,60 sellaron el triunfo local en un tremendo partido. Por cierto, sexta Euroliga para Zeljko Obradovic, que sigue haciendo historia.
lunes, mayo 07, 2007
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