Vuelve la seriedad

Algo ha cambiado en el Real Madrid de baloncesto. La llegada de Ramón Calderón a la presidencia, pese a no pasar por su mejor momento de popularidad en la sección futbolera, ha supuesto un soplo de aire fresco para los aficionados a la canasta.


Son varias las razones que me llevan a afirmar esto. La presencia del máximo mandatario en Vistalegre ha sido bastante frecuente. Además Calderón fue de largo el candidato que más habló de baloncesto en su programa electoral. El fichaje de Vlade Divac como director de Relaciones Internacionales, sin entrar en valorar las funciones que el serbio desempeña, es otro síntoma claro de interés por el basket.

Pero es desde el inicio de campaña cuando verdaderamente se ve que, por el momento, la junta directiva no ha dejado de lado la sección. La temprana lesión de Eduardo Hernández Sonseca trajo a los pocos días el fichaje de Ratko Varda, pívot contrastado y ex NBA. Y con las lesiones de Alex Mumbrú y el citado Varda, pronto se ha puesto la maquinaria en marcha para buscar sustitutos. En primera instancia llega Marko Milic. El alero esloveno, un jugador espectacular donde los haya, puede ayudar mucho, ya que pese a sus limitaciones a la hora de tirar, rebotea , defiende, corre y anota desde cerca (ha promediado casi 16 puntos de media en Euroliga con el Olimpia Liubliana) . Y conoce el club, siendo un jugador con gancho entre la afición, que pronto disfrutará de sus vuelos sin motor por Vistalegre.

Además, se sigue rastreando el mercado para buscar un pívot que supla a Venson Hamilton. Solo hay que echar la vista unos pocos meses atrás para ver el cambio que se ha experimentado. La plaga de lesiones sufrida la campaña pasada apenas repercutió en refuerzos. Tras meses sufriendo bajas, llegaron a cuentagotas parches temporales como Josh Fisher o Alex Scales (al búlgaro Filip Videnov casi ni contarle, porque jugó solo 4 partidos) que aportaron poco y que eran reflejo del abandono del baloncesto merengue.


Cierto que la intachable trayectoria del equipo ayuda a apostar por la sección y más cuando el equipo de fútbol produce sopor y zozobra. Pero los planteamientos han sido diferentes de inicio. Esperemos que no se abandone esta senda.