Adiós a Herreros, adiós al mejor

Alberto Herreros se retira. Tras 9 temporadas de blanco y 17 como profesional se va el mejor jugador español de los últimos tiempos y uno de los mejores de la historia del basket nacional.
Parecía que podía seguir una temporada más, dado el sobresaliente rendimiento que el de Fuencarral ha tenido en esta campaña (triple decisivo para ganar una liga incluido) , pero Maljkovic no cuenta con el, al menos no para asumir el protagonismo que merece. Y se marcha por la puerta grande, se retira como pocos deportistas en la historia, con la gloria de haber sido decisivo en la consecución de un título, con ese inolvidable triple en Vitoria.


Tras haber sido buque insignia de Estudiantes , en la 96-97 pasó al Madrid, y muy pronto se convirtió en la referencia de un equipo que ha pasado por momentos bastante complicados y que no ha permitido que este alero madrileño consiguiera los títulos por los que cambió de equipo. 2 ligas y una copa Saporta (antigua Recopa) quizás no sean el fruto con el que Herreros hubiera soñado, pero a sus actuaciones con el Madrid nadie puede ponerle un pero.


Y su trayectoria con la selección, igual o más meritoria. Debutó en 1990 en partido amistoso frente a Checoslovaquia.159 veces internacional. Máximo anotador en el Mundial 1998 de Grecia (media de 20,1 puntos por partido), pero sobre todo quedará para los anales de la historia su recital en el Europeo de Francia ( en mi opinión, el más competitivo de toda la historia de los Campeonatos de Europa), en 1999 cuando prácticamente el sólo cogió a un equipo nacional que estaba casi defenestrado y le hizo colgarse la medalla de plata.

Equipos como Yugoslavia, (en la que militaban Stojakovic, Divac, Danilovic, Bodiroga...) , Lituania (Sabonis, Jasikevicius, Karnisovas, Stombergas...) o Croacia (Kukoc, Giricek, Mulaomerovic...) quedaron por debajo de una selección española que no contaba con sólidos pilares, Herreros aparte. También sería máximo anotador de la competición, con más de 19 puntos de media. Y el colofón, en Suecia, año 2003, cuando volvió a subirse al pódium para recoger otra medalla de plata.

Esta trayectoria, unido a su carisma y deportividad hacen de Alberto Herreros un deportista ejemplar e irrepetible. El Madrid debería organizarle un homenaje para que la afición pudiera darle un último aplauso. Desde aquí yo ya se lo doy.