La Asociación de Baloncestistas Profesionales (ABP) ha vuelto a poner en jaque la competición de la ACB con una propuesta de huelga que ni en el fondo, ni sobre todo en la forma, tiene justificación de ser.
Desde que las fronteras se han ido abriendo y la Ley Bosman se implantó en el baloncesto, esta asociación ha tratado de "velar" por los intereses de los jugadores nacionales, intentando en varias ocasiones el boicotear la competición con exigencias que, dado el marco jurídico en el que se mueve el deporte mundial, resultan un tanto ridículas.
En primer lugar fueron los comunitarios los jugadores en los que la ABP puso en el punto de mira, pero el luchar contra directivas directamente aprobadas por la Unión Europea es complicado, y no prosperaron ninguna de sus iniciativas. Posteriormente los esfuerzos fueron contra los "comunitarios B", aquellos jugadores que procedían de los 10 países de Europa que han protagonizado la ampliación de la UE, antes de que esta se hubiera concretado. Aquí, la ABP obtuvo su mayor "logro", consiguiendo paralizar el inicio de la temporada 2000 - 2001 ,aunque sólamente una semana. Posteriormente la mediación de otras instituciones consiguió que se otorgaran licencias de comunitarios a jugadores checos, eslovenos o lituanos, entre otros.
Y ahora es la figura del jugador extracomunitario con la que se quiere acabar. O sea, los jugadores norteamericanos, serbios, croatas, rusos, que militan o pueden militar en nuestra liga. La asociación que preside José Luis Llorente pretende que la temporada que viene los equipos ACB solo cuenten con un extracomunitario, para que posteriormente, en dos temporadas, no haya ni un solo extracomunitario en la liga española. Dicho así parece casi de broma. ¿Y esto ayuda al jugador español? Los equipos podrían alinear 12 alemanes o 12 franceses y no vulnerarían el marco que propone la ABP. No se acaba de entender
Esta asociación viene defendiendo que el mayor número de jugadores no seleccionables perjudica al nivel de los jugadores nacionales y el de la selección. Si analizamos los últimos resultados de la selección, nos encontramos con 2 medallas de plata (Europeos de Francia 1999 y Suecia 2003) y una de bronce (Turquía 2001) en los tres últimos campeonatos de Europa, en momentos en los que la ACB ha venido teniendo un número importante de jugadores no seleccionables, ya sean comunitarios o extracomunitarios.
Jugadores, que, por otra parte, aumentan el nivel competitivo de la liga, permitiendo que equipos más débiles económicamente, y que no pueden acceder a tener estrellas nacionales en sus equipos puedan sondear el mercado europeo y contratar otros , más baratos, pero que pueden rendir a un más que aceptable nivel (el ejemplo del italo-inglés Carlton Myers, uno de los mejores jugadores europeos en la última decada, jugando en el Fórum, ilustra bastante bien esta idea)
Y es que no se puede poner puertas al campo. El jugador que es bueno, es bueno, sea de donde sea, y si es español, pues acabará triunfando por muchos jugadores extranjeros que haya a su alrededor. Y una huelga como estas, en medio de la disputa de los Play Off solamente perjudica a la imagen global del baloncesto en España, que ya de por sí bastantes problemas tiene (nula promoción mediática , contratos televisivos...) como para encontrarse con el adversario más dañino dentro del propio mundo del basket.
Desde que las fronteras se han ido abriendo y la Ley Bosman se implantó en el baloncesto, esta asociación ha tratado de "velar" por los intereses de los jugadores nacionales, intentando en varias ocasiones el boicotear la competición con exigencias que, dado el marco jurídico en el que se mueve el deporte mundial, resultan un tanto ridículas.
En primer lugar fueron los comunitarios los jugadores en los que la ABP puso en el punto de mira, pero el luchar contra directivas directamente aprobadas por la Unión Europea es complicado, y no prosperaron ninguna de sus iniciativas. Posteriormente los esfuerzos fueron contra los "comunitarios B", aquellos jugadores que procedían de los 10 países de Europa que han protagonizado la ampliación de la UE, antes de que esta se hubiera concretado. Aquí, la ABP obtuvo su mayor "logro", consiguiendo paralizar el inicio de la temporada 2000 - 2001 ,aunque sólamente una semana. Posteriormente la mediación de otras instituciones consiguió que se otorgaran licencias de comunitarios a jugadores checos, eslovenos o lituanos, entre otros.
Y ahora es la figura del jugador extracomunitario con la que se quiere acabar. O sea, los jugadores norteamericanos, serbios, croatas, rusos, que militan o pueden militar en nuestra liga. La asociación que preside José Luis Llorente pretende que la temporada que viene los equipos ACB solo cuenten con un extracomunitario, para que posteriormente, en dos temporadas, no haya ni un solo extracomunitario en la liga española. Dicho así parece casi de broma. ¿Y esto ayuda al jugador español? Los equipos podrían alinear 12 alemanes o 12 franceses y no vulnerarían el marco que propone la ABP. No se acaba de entender
Esta asociación viene defendiendo que el mayor número de jugadores no seleccionables perjudica al nivel de los jugadores nacionales y el de la selección. Si analizamos los últimos resultados de la selección, nos encontramos con 2 medallas de plata (Europeos de Francia 1999 y Suecia 2003) y una de bronce (Turquía 2001) en los tres últimos campeonatos de Europa, en momentos en los que la ACB ha venido teniendo un número importante de jugadores no seleccionables, ya sean comunitarios o extracomunitarios.
Jugadores, que, por otra parte, aumentan el nivel competitivo de la liga, permitiendo que equipos más débiles económicamente, y que no pueden acceder a tener estrellas nacionales en sus equipos puedan sondear el mercado europeo y contratar otros , más baratos, pero que pueden rendir a un más que aceptable nivel (el ejemplo del italo-inglés Carlton Myers, uno de los mejores jugadores europeos en la última decada, jugando en el Fórum, ilustra bastante bien esta idea)
Y es que no se puede poner puertas al campo. El jugador que es bueno, es bueno, sea de donde sea, y si es español, pues acabará triunfando por muchos jugadores extranjeros que haya a su alrededor. Y una huelga como estas, en medio de la disputa de los Play Off solamente perjudica a la imagen global del baloncesto en España, que ya de por sí bastantes problemas tiene (nula promoción mediática , contratos televisivos...) como para encontrarse con el adversario más dañino dentro del propio mundo del basket.
1 comentario:
Mossu, me parece una opinión muy acertada. Está bien que de vez en cuando el blog tenga artículos de estas características. A mi me ha ayudado a hacerme una idea más clara. Me gusta.
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